Los partidarios de la libertad no promueven la jerarquia ni la sumisión, ni de los otros, ni de si mismos, ni de los personajes de su interior. Escucha a las partes a las que representa antes de dar voz.
El sometimiento implica desprecio, mentira, insensibilidad y proyección en el sometedor y en el sometido inseguridad, confusión, ceguera y un miedo atroz a las consecuencias de cualquier cosa que haga, respirar, existir incluso.
Obviamente quien lleva la peor parte es el que ha sido sometido. Por lo mismo, no podemos esperar que los sometedores, mágicamente, de un día para otro, decidan dejar de someter. Eso les da mucho miedo pues en este mundo donde creen que sólo hay comida y tiburones, esto los convertiría automáticamente en víctimas. Y lo peor es que es así. Muchos de los sometidos son sometedores fracasados, queriendo someten cada vez que pueden, asolapadamente cuando se sienten menos poderosos y arrogantementecuando creen que el otro es débil = inferior. En este entorno peligroso, dejar de someter, es muestra de debilidad. ¿ué hacer entonces? Hay que tener fuerza, y cuando sea necesario, uno decide si la usa o no.
Sólo con fuerza las cosas que queremos, el bien colectivo incluso, se pueden hacer. Así es tarea de los sometidos, de los vencidos, recuperar su propia fuerza desperdigada. Puede ser fuerza bruta, astucia, don para manipular, recuperarla toda. Luego irse librando del tremendo dolor de la culpa ajena, soltando la garganta para dejar salir la rabia, con astucia, cuando corresponda, no vaya a ser que te sometan de nuevo por fanfarronear, y por una causa justa, tu salud, tu bienestar, y por el bien general. Un esclavo tiene que ser libre para poder soltar a los demás.
Imagen: http://ynior-ilustrador.blogspot.com/2007/05/sumiso.html
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