viernes, 4 de abril de 2008

El Mal

(Sands of Fire, Carolina Eade, algo así se me imagina el "angel de fuego que viene a mover", bastante parecido a un diablo)

El desprecio y la mentira son los orígenes del mal. La mentira causa distorsión y el desprecio o desinterés la mantiene porque le quita energía que necesita para tener fluidez. Esto origina envidia que funciona así: En el origen de la familia, un padre dice: "este hijo es mejor que este otro". Esto puede ser verdad o mentira.

Si es mentira existe una preferencia injusta en base a mentira, los dos hijos son iguales y a uno se le trata mejor y al otro peor. Entonces es justo que uno se sienta despreciado, porque esto ocurre así.

Un hijo mejor que otro en general es porque su comportamiento conviene a los intereses de los padres. Un hijo podrá hacer cosas mejor que otras, más que otras, incluso quedarse fijado en un rol "peor" que otro.
Si un hijo es en verdad mejor que otro, sería porque en forma continua hace y piensa cosas que ayudan al bien común, se trata a uno mejor que otro, el que se trata peor también se va a sentir despreciado, y si no reconoce que se lo merece, se va a mentir.

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El mal se produce por no querer ver por estar desconectado a las corrientes energéticas, por no sentir. Porque lo que te limita es el dolor. Uno imagina el dolor ajeno como propio, y uno no quiere dolor. Pero el que no siente dolor, o el que no quiere sentir dolor, y lo niega, lo esconde, no quiere mirar en su propio interior y se anestesia y sólo mira para afuera, ése va a causar dolor. Y su cuerpo del dolor va a a aumentar. Tal vez, como organismo no lo sienta, pero sus componentes, los seres que lo conforman (porque todos nosotros estamos hechos de otros seres) sí que lo van a sentir. Y un organismo puede morir de dolor.

El mal es enfermedad que no quiere cambiar porque no se siente y no se quiere sentir-ver. La viga en el ojo propio. ¿Cuántos de nosotros vamos por la vida con el peso extra del mal? Porque el bien es armonía y movimiento libre y estructura, y fluidez. Energía y materia en un compilado de alta funcionalidad, un ritmo sano, el camino del medio que no significa promedio sino equilibrio entre lo que llega y lo que se va, el malabarismo entre lo que hace falta y lo que está de más. El flujo. Y eso uno tiene que ser capaz de sentir. No es lo mismo el hambre que las ganas de defecar (o como dice el refrán "no hay que confundir la mierda con el manjar (dulce de leche)"). El mal es estancamiento, inercia, equilibrio inestable irresoluto porque falta energía.

Mal como vórtices de sufrimiento que se expanden, generando más sufrimiento, mal como estancamiento, mal como enfermedad que no se quiere sanar. Mal en múltiples niveles, que a veces, aunque para algunos sea veneno, para otros es vida, no es mal. Es por eso que nuestro lugar es Jardín, un lugar donde se cultiva lo que nosotros consideramos está bien. Habrán jardines agrestes, jardines minimalistas, lo que importa es la consciencia y la capacidad de cultivar. Y el colectivoque comparte el espacio contigo, también hay que considerar.

¿Remedio? Consciencia en acción en todas sus formas, en cualquiera.

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