domingo, 4 de septiembre de 2016

Demonios Rata, por Urboreas

(Demonología al modo chamánico (percibiendo al modo "free-uncensored") y mensaje al final de Abuelas y Abuelos primeros)
Demonios Rata:
Demonios caracterizados por su carácter ratuno. Que no roedor en general, sino de ser "rata", de traer peste e infecciones al hogar, además de roer lo valioso y poseer una fuerza y resistencia a la erradicación de nivel considerable.
Los demonios-rata suelen ser plaga, o sea, gregarios. Y se congregan en el perímetro de hogares con las defensas bajas, esperando hacer las brechas en el momento oportuno, para asaltarlos.
Los demonios rata se anclan en personas que no valoran su hogar suficientemente. Personas dejadas en diferentes sentidos de la palabra. Personas que no cuidan las paredes, las ventanas, los límites o "defensas" de su hogar. Personas a las que les da igual que los bichos entren y salgan porque total, son naturaleza viva y tienen todo su derecho a estar ahí, ya que tal vez incluso ése es su espacio, y no el del hogar. Tal vez -se plantean estas personas- mi hogar no tenga derecho a ser un hogar territorial, un nido cerrado. Tal vez tengan más derecho los demonios rata a ocupar ese espacio. O tal vez no pasa nada si lo compartimos.
La confusión existencial acerca del propio derecho a tener guarida-refugio y territorio mínimo para descansar y guarecerse son el punto débil de estos hogares, y es lo que aprovechan los demonios rata, a los que les encanta ir generando deterioro.
Los demonios rata y el deterioro son asociados muy habituales. Casi siempre van juntos, aunque los demonios del deterioro son un grupo mucho más amplio que los rata (digamos que hay cientos de tipos de demonios del deterioro, pero solo un subgrupo de éstos son rata)
Cuando alguien no valora su hogar o no se siente con derecho a marcar un perímetro "territorial" y hace la vista gorda a todo cuanto entra y sale del mismo, puede hacerse blanco de los demonios rata sin quererlo o saberlo. El problema con los rata no es solo que se coman parte de tu despensa, de tus pertenencias o que incluso ataquen a animales o personas vulnerables que viven en tu perímetro, sino que traen consigo otras pestes. Infección, enfermedad. Todo ello redunda en cuadros depresivos para los habitantes de un hogar infestado por los demonios rata.
La depresión típica causada por los rata se asocia a un sentimiento de que todo se deteriora de manera fatal e inexorable, y a una desidia in crescendo que hace que no se tengan ganas de mantener el cuidado de lo propio, porque ni siquiera hay conciencia de que se "pueda" tener algo propio. Es más: los demonios rata suscitan en la mente de estas personas la idea de que todo cuidado de la materia que uno habita es absurdo. Cuidar ¿para qué, si al final "sólo" hay muerte? El nivel extremo de este pensamiento (interesado) instilado en mentes ajenas es: "Vivir ¿para qué? Si vamos a morir todos. Esforzarse ¿para qué? Si total esto ya está sentenciado. ¿Por qué la gente tiene hijos? Están locos, sólo gestan para un mundo de muerte".
Una de las consecuencias secundarias de estar infestado por demonios rata es irse separando de la creación, del arte, de la belleza. Y al mismo tiempo buscarla con desesperación, como un consuelo ante el insoportable e inexorable deterioro que uno percibe alrededor. Así que se vive una paradoja: a ratos y en determinados asuntos, se enfoca uno en la belleza y el arte, mientras en otros aspectos la desidia, la suciedad, y la fealdad lo devoran todo de manera voraz y consentida.
Los demonios rata pueden terminar esperando devorar el cadáver de aquellos que les entregan su hogar (entrega por activa o por pasiva) Tras haberlo deteriorado todo, solo les queda roer al muerto. Pueden afincarse y esperar toda una vida. A fin de cuentas, se esconden hábilmente y crían con pasmosa facilidad.
Los demonios rata pueden ser contagiosos. Y también pueden ser enviados de un hogar a otro a través de proyecciones/pensamientos desesperados y envidiosos de quien, siendo incapaz de vivir el amor por su nido-hogar-refugio, vé como otros cuidan el suyo y les parece más bonito, mejor, más próspero. También causa envidia la fertilidad. Aquellas personas que viven bajo la influencia de demonios rata y creen que tener hijos es una locura, pueden secretamente envidiar a quien se ha atrevido a tenerlos y no ha sido fulminado por el rayo de la desgracia que se supone tenía que haberles caído, y sobrevive. Y mientras tanto, vive el amor con sus criaturas.
De manera que la desesperación y los celos crean un camino que los demonios rata transitan para ir hacia el hogar envidiado. No porque esa persona desee destruir tal hogar o infestarlo (ni lo piensa ni lo imagina), sino porque los rata siguen la pista de sus pensamientos tal y como las ratas huelen la comida, y se dicen: "Mirad, parece que el pensamiento de este humano nos señaliza un hogar con energía suculenta. Vamos a acercarnos y a ver si tomamos una parte del mismo". Y entonces montan campamento alrededor del hogar cuidado y protegido, y lo rodean, y lo estudian, buscando las posibles brechas o puntos flacos.
Si las personas que cuidan ese hogar tienen claro el sentido de la defensa y no dudan acerca de que sea legítimo y "bueno" amar la materia de su hogar, y cuidar su territorio vital, los demonios rata no tendrán nada que hacer. Pueden incluso ser detectados en los alrededores, y se tomarán medidas para erradicarlos de la frontera, y para reforzar las paredes, etcétera. Finalmente los rata pasarán de largo.
Pero si encuentran un punto débil, entrarán. Y empezarán a roerlo todo. A escondidas primero, y si no son detenidos a tiempo y generan plaga, finalmente lo harán con descaro. E irán dejando su rastro de depresión, deterioro y desgana en ese nuevo hogar. Irán minando las fuerzas de sus guardianes y cuidadores, instándolos a ir abandonando la lucha, a ir asumiendo que es inútil resistirse. Este es el pensamiento que instilan en las mentes: "No tiene sentido esforzarse tanto, ni resistirse. Al final seremos los dueños de ésto, y lo sabes. Al final todo es muerte".
Y si esas personas se lo creen, escurrirán de sus dedos la última defensa, y el último gesto de cuidado de la belleza, la salud y la seguridad del hogar. Y los rata se lo adueñarán. Puede que al final, incluso logren el exilio de los habitantes de ese hogar, que buscarán otro para escapar de la plaga, de la depresión y el deterioro, sin imaginar que los rata irán con ellos, escondidos en sus maletas, enganchados a sus ropas que siempre terminan rotas o roidas, a sus zapatos y a todo, siempre que no hayan sido "vistos" y erradicados de antemano.
Una vez has "visto" (modo chamánico "on") a los rata, no se te olvidan.
Una vez has comprendido que el gesto de CUIDAR constantemente tu cuerpo, tu perímetro vital, tu hogar y tus pertenencias, no sólo es legítimo (es decir, que tienes "derecho natural" a tu espacio vital y a cuidarlo según necesita tu cuerpo y tu ser) sino que además es el único modo para crear y cuidar vida y belleza de manera sostenida a tu paso por el mundo, mantendrás a distancia a los demonios rata. Los detectarás pronto. Y no podrán con tu hogar.
Pero para eso hay que haber superado la idea de que, como hay muerte, no merece la pena persistir en la vida.
Un animal que se abandona se muere prematuramente.
La resistencia, la persistencia y la lucha por crear, cuidar y sostener la vida (con armonía, cuidado personal y belleza) día tras día, es lo que caracteriza a un ser vivo sano. A un animal sano. El gato que ya no se lame el pelaje, ni se cuida, es un gato enfermo. El pájaro que defeca en su propio nido, es un pájaro trastornado. El ser humano que vive -deliberadamente y por "actitud"- entre basuras y dejadez, en desorden y descuidándose, está igualmente enfermo.
El esfuerzo sostenido en crear vida, cuidarla y sostenerla, es el mismo que crea, cuida y sostiene la belleza real. La belleza del amor por las pequeñas cosas, por las rutinarias cosas, por levantarse cada día dando un beso a tu pequeña cría, por seguir poniendo una sonrisa al eterno tiempo lluvioso, por seguir cocinando de vez en cuando algo rico aunque "no haga falta" y se pueda comer "cualquier cosa"... el empeño por seguir encendiendo el fuego en casa aunque "se pueda pasar poniéndose más jerseys", etc.
¿Dónde empieza la desidia en el auto cuidado y el cuidado del hogar? En haber interiorizado poco a poco que uno no tiene derecho a ser, a vivir, a existir. Que uno es una molestia, que ocupa un espacio de manera indebida. O incluso, que el concepto hogar es irreal, una ilusión, un imposible. Las raíces de esto son profundas y... como siempre, están en la infancia.
La medicina es persistir en la vida, persistir en la belleza, persistir en el cuidado cariñoso y dedicado a lo pequeño, al hogar, al cuerpo propio. Aunque duela. Aunque parezca que hay que superar una fuerza insoportable para levantarse y seguir cuidando, seguir apostando por la vida, por hacer gestos bellos, cariñosos hacia la materia (casa, cuerpo y cuerpos) que cuidamos. Y nunca, nunca cerrar de manera definitiva la puerta a una nueva vida, si se presenta brotando en nuestro interior, en nuestro ser, en nuestra familia.
Que los "noes" no sean definitivos, que las pegas no sean insalvables. Que la postura vital no se convierta en un definitivo (e instalado de manera fija) "no" al sentido de una nueva vida. Porque entonces...: "Oh, humanos que os abandonáis a la muerte, todo deterioro lo viviréis prematuramente y os será imposible sostener la belleza, el cariño y la calidez hasta el final"
"El adiós y el fin os esperan a todos, pero cómo se viva la vida lo cambia todo. No os llevaréis la muerte con vosotros, sino la vida que hayais vivido hasta el final. Lo que define una vida es la vida, no la muerte. Tu muerte puede parecer horrorosa, dependiendo de cómo acontezca (accidente, devastación, asesinato, enfermedad) pero lo que de tí queda en los demás y en el mundo es la vida que habéis compartido. El cuidado que has dado. La belleza que has contribuido no solo a crear, sino a cuidar. El cariño"
(Esto es una recopilación de información dada por Las Abuelas Primeras y los Abuelos Primeros. Porque no hay quien valore más lo que aún puede nacer, y crecer que la ancianidad sagrada. Han visto tanto, tanto, que conocen el infinito valor que una nueva vida, un nuevo brote, pueden tener. Y darán su vida por ello. La Anciandidad Sagrada está dispuesta a sacrificar lo que les queda de existencia por lo que "queda" de posible en la vida sobre la Tierra. Y dicen, como colofón):
"No entreguéis vuestro ser y vuestro hogar a las ratas. No os rindáis tan pronto. No desdeñéis los nuevos brotes de árbol. No cerréis las puertas de la vida a las nuevas criaturas que quieren nacer. Su vida tiene ahora mismo más valor que la nuestra, aunque no lo creáis. Nosotros nos iremos del mundo, pero antes queremos asegurarnos de que los adultos actuales entendéis la importancia de la persistencia, del cuidado y el cariño, más allá de si os parece que tiene sentido, o no. Nos iremos pero lo haremos de tal manera que daremos nuestra vida por ellos. Por los pequeños. Por los "nuevos"

(Y estoy llorando mientras oigo y escribo esto)






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